Hora de comer

El Picoteo II
agosto 3, 2017
RESILIENCIA I
septiembre 1, 2017

Hora de comer

Horarios de la comida ¿Hay que ser rigurosos?

Uno de los sincronizadores importantes de nuestros ritmos circadianos es la hora de la comida. Tendemos a realizar nuestras comidas a horas fijas. En España, desde principios del siglo pasado y fruto de una moda introducida por la alta sociedad, se suele comer al medio día mucho más tarde que en otros países europeos. Si por alguna circunstancia has vivido durante un tiempo relativamente corto en otro país (menos de un año) con horarios de alimentación diferentes, habrás observado lo difícil que te resulta adaptarte a sus horarios de comida.

Costumbre

Los humanos solemos comer a horas fijas. Esto nos diferencia de otros animales, cuyo horario de comida está condicionado al tamaño de la ingesta anterior. Es por ello que el horario es un factor importante en el inicio de una comida.
Solamente si aislamos a un individuo durante un tiempo más o menos largo (2 ó 3 meses) y le separamos de cualquier factor externo, como puede ser, la hora, la luz del sol, o sonidos que le permitan adivinar si es de noche o de día, conseguiremos que este individuo, comience a regular su ingesta en función del tamaño de ración que tomó por última vez, al igual que sucede con los animales.

Estudios

Recientes estudios han demostrado que la falta de un patrón regular en los horarios de comidas favorece la obesidad y el riesgo cardiovascular. Sabemos que es importante lo que se come, pero también seguir una cierta regularidad de comidas.
Un estudio realizado en 10 mujeres obesas ha mostrado que el desorden en los horarios de comida favorece una mayor ingestión de alimentos de forma involuntaria, un menor gasto de energía tras las comidas y, por tanto, favorece la obesidad y el riesgo cardiovascular. Además se producen niveles más elevados de colesterol y una cierta resistencia a la acción de la insulina.

Factor importante

Este factor es de crucial importancia ya que el patrón de ingesta de alimentos en las ciudades es cada vez más irregular: unos días hacemos pocas comidas pero abundantes, otros días comemos continuamente, otros días casi ayunamos porque no hay tiempo ni para comer… Ya no se hacen las clásicas comidas en las que toda la familia se reúne tranquilamente alrededor de la mesa. Este patrón alterado es aún más evidente y preocupante entre los adolescentes y los niños. Es llamativo el hecho de que muchos pacientes obesos no desayunan prácticamente nada, y hacen sólo una comida al día, muy densa.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *