Sabe que las irregularidades en horarios de trabajo y de alimentación provocan un frecuente abuso de los platos precocinados, de la comida rápida y el picoteo entre horas, lo que conlleva problemas de exceso de peso, hipertensión y dislipidemias. Estos malos hábitos en la alimentación, acompañados de los cambios continuos en los horarios de sueño, provocan cambios de humor, irritabilidad, cansancio, y además favorecen la aparición de alteraciones intestinales y malas digestiones. Muchos de estos problemas pueden tener solución intentando alimentarse de la forma más ordenada posible.
Por otro lado, tal y como ya hemos comentado, la alimentación, es junto con la luz, el sincronizador externo más importante de los ritmos circadianos de nuestro organismo. Si picamos continuamente o alteramos los ritmos de comidas, la información que recibe el organismo es confusa, y los ritmos circadianos internos se alteran hacia un aplanamiento de estos ritmos, produciendo cambios importantes en nuestro metabolismo, nuestra ingesta y finalmente el acúmulo de peso.
Debemos intentar ser rigurosos en los horarios de alimentación de nuestro hijo, y que haya un patrón de comidas regular con el fin de que no se alteren sus ritmos circadianos internos y que no se promueva la obesidad.
1 Comment
Awesome post! Keep up the great work! 🙂